César Edmundo Manrique Zegarra
Occidente inventa la realidad, el espíritu, la idea, la verdad y la justicia; proclama luego la primacía de la razón;
crea entonces la historia, la ciencia y el derecho;
propugna la evolución, el avance y el desarrollo
y fabrica poderosas armas para asegurar el universal entendimiento de todo lo anterior.
Occidente está en pie de guerra.
(Occidente nunca ha estado en pie de paz).
El mundo está por incendiarse.
crea entonces la historia, la ciencia y el derecho;
propugna la evolución, el avance y el desarrollo
y fabrica poderosas armas para asegurar el universal entendimiento de todo lo anterior.
Occidente está en pie de guerra.
(Occidente nunca ha estado en pie de paz).
El mundo está por incendiarse.
Caras pintadas danzan en torno a
la verdad que ilumina envejecidas mentes.
La libertad nuevamente ha encendido sus hogueras.
Se refleja en ellas la enceguecedora luz de la historia, la civilización y la
cultura.
La justicia destella en los obscurecidos ojos consiliares del poder.
Tocan las campanas al repique de valores universales, únicos y eternos.
Escucho los escalofriantes aullidos de sus epígonos.
La inmensa pira del progreso, para seguir iluminando, reclama la
entrega de las multitudinarias cabezas del medieval oscurantismo que domina a
una parte de la humanidad.
El ara está lista. Los sacerdotes visten sus
mejores galas.
Blanden afiladísimos Derechos Humanos que se impondrán a sangre y
fuego, y cohetes teledirigidos que prometen pulcra destrucción a distancia
allende las fronteras.
Sopla el enérgico viento de la
democracia que atiza el fuego de la ceremonia.
Se avizora el triunfo de
occidente en la eterna pugna entre civilización y barbarie.
La insigne pluma está en el aire, el micrófono suspendido, los flashes
preparados, el inteligente comentario pendiente, la cámara enfocada.
Las abiertas e ilimitadas fauces
del internet tragan toda la nada del
mundo en que se consume la idea absoluta y el espíritu universal encarnados en el unánime espíritu del pueblo
titular de la historia universal.
Ocurre simplemente que la efebofobia del Siglo XX ha evolucionado a xenofobia en el
XXI.
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