Cambio climático: Responsabilidad de todos


Por: Alejandra Manrique Milla 

El calentamiento global tiene como consecuencia el cambio climático mundial.
El Perú, ¿Sería afectado? ¿Qué consecuencias podría tener en futuras generaciones?
En el siglo 17, Descartes afirma que los hombres podríamos hacernos “dueños y poseedores de la naturaleza [...] para la invención de artificios que nos permitan disfrutar sin ninguna pena de los frutos de la tierra y de todas las comodidades que en esta se encuentran” (Discurso. Utilidades de la Ciencia). Desde entonces y durante los próximos tres siglos, el hombre ha considerado que tiene derecho de utilizar la naturaleza a su voluntad y conveniencia. Sin embargo, en la actualidad, sabemos que el ser humano no puede persistir con esa conducta. Problemas como el calentamiento global representan una advertencia no solo para los países, sino, también, para el mundo entero. Diversas teorías intentan explicar las causas del incremento de la temperatura de la atmósfera terrestre y de los océanos en las últimas décadas. El IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático) asegura que la mayor parte del calentamiento observado en los últimos 50 años, es atribuible a la actividad humana y que seria, entonces, una de las consecuencias del aumento de emisiones de gases de efecto invernadero. Este fenómeno concierne a todos los países del mundo, ya que de ellos depende limitar la emisión de gases de efecto invernadero y porque son ellos los que sufrirán las consecuencias climáticas que implica el calentamiento global. Nos centraremos en este artículo en cómo afectaría el cambio climático mundial al Perú.
En primer lugar, el cambio climático es un fenómeno mundial. El hecho que el crecimiento económico haya traído consigo una elevación del nivel de vida y de esta manera, una tendencia a consumir creciente, tiene como consecuencia el deterioro del medio ambiente. Es así que, en el año 1972, se lanza una primera advertencia con el informe Meadows, que no causa mayor impacto en las naciones. Solo hasta en 1997, las naciones deciden reunirse en Tokio para discutir nuevas reformas para un problema que ya no podía ignorarse, el medio ambiente. Se creó un conjunto de acuerdos entre los países llamado el protocolo de Kyoto, pero este no fue firmado por todos. Los países habrían decidido que las emisiones de gases de efecto invernadero globales deberían de ser reducidas en un 5.2%. Esto significaría un gasto adicional del cual las empresas no se harían responsables. Además, se sostiene que semejante pérdida retardaría el crecimiento económico de los países. Pero la contaminación no solo amenaza nuestra generación, también a las generaciones futuras.
En 1987, se expone, en la Comisión Mundial del Medio Ambiente de la ONU, la noción de desarrollo sostenible, un desarrollo que respondería a las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades. Esta idea se basa en la solidaridad intergeneracional, es decir en como la generaciones presentes lograrían mantener un crecimiento sin agotar los recursos humanos, sociales, de capital y de medio ambiente que servirían a las generaciones futuras. Actualmente, estas generaciones se ven en peligro, tanto los hombres como los estados no han sabido respetar su entorno. El calentamiento global amenaza ahora el desarrollo de las generaciones futuras. ¿Pero es acaso el Perú una excepción o se vería él también afectado por el calentamiento global?
En segundo lugar, el Perú es, según la coordinadora del Proyecto del Cambio Climático (PROCLIM) del Consejo Nacional del Ambiente, el tercer país del mundo más vulnerable al calentamiento global, detrás de Honduras y Bangladesh. El deshielo de la cordillera de los Andes representa la mayor amenaza para el clima peruano. El nivel del mar tiende a subir, las sequías aumentan, así como la temperatura y el fenómeno del niño se hace más frecuente. Todos estos cambios tienen impacto sobre la agricultura, la pesca, y la economía en general. El Mantaro, en Junín, por ejemplo, uno de los ríos mas afectados por el cambio climático, alimenta la Central Hidroeléctrica Mantaro que representa aproximadamente 40% de la energía del país, además ser el 70% de la industria nacional concentrada en Lima. La pregunta que deberíamos hacernos entonces es: ¿Está en Perú preparado a afrontar los problemas de un cambio climático? La respuesta no es evidente, si bien el Perú ha ratificado el protocolo de Kyoto, el gobierno no muestra un rol activo y la población no parece tomar conciencia de la magnitud del problema. ¿No seria este el momento de replantear nuestras prioridades? Finalmente, serán las futuras generaciones quienes se verán viviendo en un mundo sin glaciales, sin agua pero con ciudades inundadas y con el cielo sin estrellas.
En conclusión, el calentamiento global da pie a mucha controversia, los gobiernos parecen estar tomando demasiado tiempo en reaccionar y somos nosotros quienes sufrimos las consecuencia, en tanto que habitantes del planeta. La solución a este problema no puede regirse por estrategias políticas o económicas ya que es el planeta entero que se ve amenazado. Edgar Morin, filósofo y sociólogo francés, sostiene que en la actualidad ya no existen nacionalidades, ni países sino habitantes del mundo y que por lo tanto tenemos que dejar de poner nuestro país ante todo y comenzar a pensar en que es lo mejor para el planeta. Esta claro que el hombre no puede seguir usando los recursos naturales a su antojo, que estos no son inagotables y que el hombre fuera de ser depredador tiene que pasar a ser custodio de la naturaleza, cuidar sus bienes y ser responsable con su entorno.

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